Hoy he tenido en mis brazos a la hija de una compañera que nació ayer después de un largo parto y mediante cesárea; las dos luchando para sacar adelante lo que ya comenzó hace más de nueve meses, y sorprendentemente se me había olvidado lo frágiles que nacemos, tan pequeñitos, tan inocentes pero tan llenos de amor. Después de cuatro meses se me había olvidado cómo acunar a un recién nacido, como tomarle en brazos para que su cabecita no sufra, oler su piel a nuevo, a ilusión y a vida. Todo el mundo, por lo menos y durante un minuto, debería sentir esa sensación de vitalidad y novedad en la suya, tener a un bebé entre sus brazos, creo que así acabaríamos con muchas cosas feas en el mundo...
¿Alguien se podría resistir a esta mirada?
¿Alguien se podría resistir a esta mirada?