Hoy he tenido una situación desagradable. Bueno, desagradable desde el punto de vista de quién lo mire.
En uno de los proyectos, uno de ellos, de los que diariamente tenemos que sacar adelante... me he sentido fuera (teniendo en cuenta que ya es el tercero en lo que llevamos de año), y resulta muy genérico decirlo así, pero, me he sentido fuera. Y es una sensación desagradable por mucho que uno trabaje su desapego a las cosas, sobretodo cuando "esas cosas" te ayudan a progresar en tu entorno laboral, y porqué no, personal.
La primera vez del "destierro" creí que fue por mera casualidad o despiste. Esta segunda vez ya me lo he tomado como algo personal porque clama por sí solo, y... no me gusta esta sensación de vacío y de rabia. Puesto que no soy kamikaze, no voy a ir en contra de ello, pero... ¿con qué armas debo luchar? o más bien ¿con qué escudos me debo proteger?.
Otra piedrecita más para mi mochila.
(El Señor es justo en todos sus caminos)
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