lunes, 4 de enero de 2010

2010

Siempre me ha caracterizado la falta de energía física para emprender cosas. Y sigo igual. Quizá tenga algún desquilibrio físico que deba solucionar, o quizá no. A lo mejor es mi naturaleza, el permitir que otras personas inicien y yo apoye. No sé.
Necesito poner en orden ideas y proyectos a la luz del proyecto principal que ahora y siempre tendré entre manos: mi hija. Y no es sencillo. Es curiosa la contradicción que me produce el hecho de haber tenido una hija, que me resta horas al día de descanso, de reflexión, de silencio; pero que por otro lado me da esa energía física para seguir sus horarios y acciones, pero me resta tiempo para continuar con la rutina de uno mismo.
Sara confía en nosotros, incondicionalmente, no puede ser de otra forma; pero nos pone al límite de nuestro aguante y paciencia y no porque sea un bebé que de "guerra", sino porque queremos que esté siempre atendida... a costa, también, de nuestro tiempo personal.
Creo que va siendo hora de tener una cena especial con Jose o una escapada a algún sitio porque veo que nuestra relación de pareja va perdiendo esa energía física que es necesaria para darle impulso a los proyectos en común.
¿Se vuelve a recuperar en algún momento?
Da rabia el querer y no poder. Envidio a aquellas personas que sacan tiempo de debajo de las piedras, entre ellas mi madre, dispuestas al servicio siempre, imaginativas, pacientes. Debo aprender todavía mucho de todas ellas. Espero que el 2010 siga siendo un camino de crecimiento personal, todavía debo mejorar en muchos temas, y no sé por dónde empezar.