lunes, 26 de julio de 2010

Florentino

Toda una vida trabajando.  Desde los seis años, ¿siete tal vez?, en el campo, en una tienda, chico de los recados, molinero, arreglando carros, chófer, una guerra de por medio, tragedias varias con hermanos... tres hijos, muchos nietos y varios biznietos. El resumen de una vida no es tan fácil hacerlo. Pero es lo que hay. Y hoy por hoy se nos juzga por los años vividos y las cosas hechas.
Pero yo, a parte de no poder juzgarte, sólo recuerdo las tardes en bicicleta en la Fuente la Guinda, las pipas a granel las tardes de piscina, la piscina, los previos del verano: limpiar y rascar los baldosines... La paella de la abuela y tu plátano con pan... bueno, tu todo con pan. Y "callarse que empieza la Bolsa", y todos callados, claro. Las sobremesas con las persianas hasta abajo y el Tour de Francia, y entre medias, los toros. Y todos a dormir la siesta. Año Nuevo y comida en tu casa, repetición del programa de Noche Vieja, y llega la hora de persianas bajadas y la tradicional tira de monedas... las rubias, pesetas, y la alegría de todos tus nietos. Y las patadas para coger cuántas más mejor.
Tus historietas de la guerra... bueno, historietas no, tu vida, tus penurias, el hambre y la tierra que llegásteis a comer porque no había nada que llevarse a la boca.
Y Rascallú cuándo mueras qué haras tú? Tus tardes en el Hogar del Jubilado bailando y bailando y bailando.
Gruñón a más no poder, pero con los niños tú te volvías uno más.

92 años dan para mucho. Pero estos 32 que he coincidido contigo, se me han pasado volando.
Te mereces que por un momento pare mi ritmo y recuerde todo lo bueno que tienes. Y eso es con lo que yo me quiero quedar.



viernes, 23 de julio de 2010

Sin fruto

"El que fue sembrado entre los abrojos, es el que oye la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra, y queda sin fruto".

... espero que si en mi caso es así, al menos una semilla llegue a tierra buena... en ello estamos.

domingo, 18 de julio de 2010

“Marta, Marta, te preocupas y te agitas
por muchas cosas y hay necesidad de pocas,
o mejor, de una sola.
María ha elegido la mejor parte,
que no le será quitada.”
.
.
 (Lc 10, 38-42)

... No he podido ir a Misa de 10 porque me he puesto a limpiar ventanas, cortinas y persianas... y leo ahora mismo ésto. 
:) Tendré que ir por la tarde :)

jueves, 15 de julio de 2010

15/07/2010

«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».


Huele a vacaciones...

martes, 13 de julio de 2010

"milagros..."

Después de una etapa de mi vida, entre los 19 y los 26 años, considero que todo lo que ha acontecido desde el 2004, ha sido un milagro.
Ayer en la Comunidad comenté que sentía que por fin había decido recibir a aquellas personas que de algún modo me hacen bien, que eso para mi era muy importante porque mi costra antipersonas, tenía un grosor considerable, y poco a poco voy limándola. El testimonio de Pili y de Santi hablando de la experiencia en el Camino me hizo rememorar el mío... y me gustó lo que recordé. El poso que deja una experiencia así es siempre sanadora... y sigo beneficiándome de sus efectos.
Durante 7 años fuí herida y dejé que hicieran daño también, nunca he dudado que el éxito o el fracaso no es sólo cosa de uno mismo, y que el fruto de todos aquellos años que me hicieron perder parte de mi adolescencia, fué el miedo a dejar que los sentimientos me llenaran completamente, consideraba que hablar de mi misma no era necesario, a nadie le importaba y nunca iba a importar. Muy duro. Ahora lo veo.
La andadura comenzó en el 2004, en el Camino de Santiago al lado de Jose. Creo que en aquel Camino, pese a mi indiferencia religiosa, y sin saberlo, permití o recibí abiertamente a Dios de alguna manera. Me dí otra oportunidad porque sé que Él siempre había estado ahí y porque sabía que si no salía bien, por lo menos, me quedaría el amor de todas aquellas personas que me acompañaron. Una vez finalizado el Camino constaté igualmente que no sólo me estaba dando una oportunidad a mi misma, sino que volvía a creer en el hombre y que todos, de alguna forma, somos Templo de Dios. Lo sigo pensando.
Tengo una Biblia nueva. Tengo una familia. Y Tengo amor.