domingo, 29 de agosto de 2010

Domingo

"el que se humilla, será engrandecido"

Sé que mi vida es la que es, sé que todo lo que tengo es lo que yo he decidido tener (en cierta medida), sé que uno llega a alcanzar sus metas cuándo conoce sus armas. Pero no sé cómo calmar esa tendencia que tengo al pesimismo, a la urgencia de lo mío, a la procrastinación del resto hacia los demás.


Intento ser humilde, pero hasta para eso me puede el orgullo y la soberbia; ¿es algo para mi o para los demás?

2 comentarios:

Luis y Mª Jesús dijo...

Mal de muchos consuelo de tontos, pero suscribo la entrada.
Sin embargo, el darse cuenta de la soberbia es un paso para luchar contra ella, aunque me temo que en esto la oración es el mejor camino.
Un besazo

Pau dijo...

Ya me puse al día... Un lujo leerte de nuevo. Mi blog "murió" en un accidente... Algo premeditado... o no... En fin, que se borró cuando le di a una tecla. Me pesaba desde hacía tiempo, pero mi alma estaba ahí... Me consuelo pensando que no me tengo que apegar a nada, ni siquiera a mis plabras... Y me ejercito en ello...